Se ha vuelto a izar la bandera arcoíris y a reafirmar el compromiso del municipio con los derechos y la igualdad, contando con la participación de Chrysallis Canarias y Marikas Rurales

Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBIQ+, que se conmemora cada 28 de junio, el Ayuntamiento de la Villa de Ingenio volvió a reafirmar este sábado su compromiso con los derechos, la igualdad y la dignidad de todas las personas, con independencia de su orientación sexual o identidad de género. En horas del mediodía se celebraba el acto institucional, lleno de emoción, memoria, reivindicación y agradecimiento, que contó con la participación activa de los colectivos Chrysallis Canarias y Marikas Rurales y culminó con el izado de la bandera arcoíris.

La alcaldesa de Ingenio, Vanesa Martín, en su intervención, subrayó el profundo significado personal que tiene este día, reconociendo a quienes abrieron camino. «Yo quisiera agradecer enormemente y recordar a todas las personas que desde 1970 han sido las y los valientes de iniciar este movimiento, dejando muchas veces sus vidas por el camino. Agradecer a todas las personas que siguen luchando hoy por una vida más justa, que promueve incansablemente la tolerancia, la igualdad y la dignidad a todas las personas. Yo en primera persona, hoy, mi discurso es en esa línea, en agradecer a todas esas personas que han estado y que siguen estando hoy,» expresó.

El concejal de Igualdad y Diversidad, Óliver Navarro, leyó el manifiesto institucional, destacando los avances conseguidos, como el 20 aniversario de la aprobación de la ley que permitió el matrimonio igualitario y la adopción conjunta por parejas del mismo sexo en España, pero alertando también sobre los retrocesos que están ocurriendo en otros países, donde «los discursos de odio, la reversión de avances legales y la persecución institucional ponen en riesgo principios fundamentales que deben ser preservados por la comunidad internacional». Añadió que «este 2025, desde la Federación Española de Municipios y Provincias y desde este Ayuntamiento, queremos reiterar nuestro firme compromiso con los valores democráticos de igualdad, respeto, libertad y dignidad. Reivindicamos el papel de los gobiernos locales en la promoción de entornos seguros, inclusivos y respetuosos, en los que la diversidad sea comprendida como un valor compartido que enriquece la vida en comunidad».

Uno de los momentos más emotivos del acto lo protagonizaron Laura y Carmen, niñas del colectivo Chrysallis Canarias, quienes leyeron un manifiesto propio cargado de sensibilidad, claridad y esperanza. «Queremos decir algo muy simple y muy importante. Nosotras, las infancias y adolescencias trans, tenemos el mismo derecho de ser felices, tenemos derecho a vivir nuestra vida con libertad, a ser quienes somos sin tener que dar explicaciones, a que nos llamen por nuestro nombre, a vestirnos como nos sentimos bien, a que nos respeten, nos escuchen y nos acompañen con amor. No estamos confundides, no somos una moda ni un capricho, no estamos equivocades, sabemos quienes somos y eso merece ser valorado y cuidado,» reclamaba Laura.

Ambas hicieron un llamado a una sociedad más inclusiva y protectora, donde puedan jugar sin miedo, estudiar sin burlas y caminar sin sentir peligro. «No pedimos nada raro, solo pedimos lo mismo que todas las personas quieren: vivir en paz, ser felices y que nos quieran como somos. Este orgullo también es nuestro, este mundo también es nuestro y, aunque a veces cuesta y aunque a veces duela, sabemos que no estamos soles. Hay muchas personas que caminan con nosotres, que nos apoyan, que nos cuidan y que luchan por un mundo más justo,» expresaba por su parte Carmen.

Desde el colectivo Marikas Rurales, su secretario Eduardo Manzano agradeció, en primer lugar, la cesión de un local por parte del Ayuntamiento, y recordó además la importancia del orgullo y de la bandera como símbolos de libertad y respeto. Por su parte, el vicepresidente del colectivo, Juan Henríquez Concepción, ofreció una reflexión crítica, recalcando que «esto no se trata de aceptación, no se trata de tolerancia, se trata de respeto. Y me molesta mucho cuando en los discursos se nombra constantemente aceptar, tolerar. Pero ¿quién es el resto para aceptarme o tolerarme? No, respétenme, porque yo soy un ser humano, igual que todos y cada uno de ustedes».

El acto concluyó con el izado de la bandera arcoíris, símbolo internacional de orgullo, diversidad y lucha por la igualdad.

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