Consistió en simular una explosión en el laboratorio con el resultado de dos personas accidentadas

El profesorado, alumnado y personal del IES Ingenio ha aprobado con muy buena nota el simulacro de incendio que el centro ponía en marcha este jueves en coordinación con el Ayuntamiento de Ingenio en el que el factor sorpresa fue fundamental para poder medir mejor los resultados y ver si se cumplía o no los objetivos de tiempos y respuestas reales ante una posible emergencia.La vicedirectora del IES, Fina Santana, organizadora del ejercicio, recordó cómo este tipo de actuaciones forma parte de la normativa de los centros educativos, siendo obligatorio realizarlo cada año “pero se habían paralizado por la pandemia y ahora lo hemos activado de nuevo. Realmente lo hacemos en el primer trimestre, al comienzo del curso, pero igualmente por la pandemia lo hemos intentado retrasar hasta final de año por precaución,” explicó.El ejercicio consistió en una “explosión” en el laboratorio de Física y Química del Edificio 2 con inundación de humo en una caja de escalera (para analizar la reacción del alumnado y ver si evacuaba por esa zona o cogía una vía alternativa), y que provocó que dos personas resultaran “afectadas”: un alumno con parada cardiorrespiratoria y una profesora con un esguince.Actuaron en el ejercicio cuatro agentes de la Policía Local de Ingenio y cinco componentes de la Agrupación de Voluntarios de Protección Civil de Ingenio, tal y como explicaba el jefe de Protección Civil, Dailo García, quien informó que la primera llegada fue la de la Policía Local “que identificó la zona del incidente y trató a las víctimas hasta la llegada de Protección Civil, que continuó con las labores de extinción del incendio, así como la atención y evacuación de los heridos. Es muy importante la práctica y automatizar lo que se debe hacer, por lo que felicitamos al IES Ingenio por este compromiso con la seguridad,” manifestó.El IES Ingenio a nivel interno trabaja con asiduidad aspectos relacionados con la seguridad y las emergencias, siguiendo en todo momento las pautas establecidas por la organización del centro, por lo que la respuesta de las personas implicadas fue bastante positiva y satisfactoria, añadía Dailo García.  Aun así, tras el simulacro se celebró un debriefing, una reunión para analizar los aspectos anotados por los observadores durante el ejercicio, tanto los positivos como aquellos fallos que se pueden ir mejorando de cara a futuras actuaciones.

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