La alcaldesa Ana Hernández y el consejero de Obras Públicas, Miguel Ángel Pérez, también visitaron el vallado de Las Puntillas para su renovación
La alcaldesa de la Villa de Ingenio, Ana Hernández, ha recibido este lunes en el municipio al consejero de Obras Públicas del Cabildo, Miguel Ángel Pérez, para visitar el estado de las obras del sendero marítimo sur del Burrero, que retoman su actividad tras la redacción de un reformado del proyecto original debido a la erosión de la costa producida por el nivel del mar.
Ana Hernández y el consejero también retomaron el compromiso adquirido hace un año de la necesidad de la renovación de las vallas de la zona de la rotonda y acceso al barrio de Las Puntillas, una demanda de la ciudadanía que reside en esa zona, para mejorar la seguridad en el lugar, que también visitaron. La alcaldesa, quien agradeció al consejero la visita, destacó que sobre el terreno “se ven mejor las necesidades de este proyecto, que es de gran interés para el municipio”. En cuanto al vallado, Ana Hernández manifestó la necesidad de que sea sustituido en su totalidad y el consejero se ha comprometido a hacerlo, “por lo que le agradecemos mucho el interés que ha demostrado para que ambos planes sean una realidad”. Por su parte, el consejero aseguró que las obras de reacondicionamiento del Burrero ya han comenzado de nuevo “para el disfrute de esta zona y que integra los valores medioambientales del entorno que rodea este paseo de más de 500 metros de largo”. El proyecto ‘Continuación margen izquierdo Paseo Marítimo en El Burrero’, cofinanciado por el Gobierno central, el regional, Cabildo de Gran Canaria y Ayuntamiento, reorganiza el acceso a esta zona de la costa del municipio y tiene entre sus principales objetivos dotar de un adecuado espacio libre junto al litoral, donde las personas residentes en el municipio y visitantes disfruten de un área de recreo y paseo que también sea atractiva para promover la economía local. -502 metros- El nuevo sendero va desde el dique sur hasta la desembocadura del barranco de Guayadeque, y el ancho oscila entre los 2,50 y los 5,00 metros, dependiendo de las condicionantes espaciales y topográficas. El trazado resultante se dotará de un acabado respetuoso y adecuado con el medio y su entorno, y atiende a unas dimensiones de los itinerarios peatonales que garanticen circulaciones agradables y cómodas. La trayectoria no terminará de forma brusca en su extremo sur, sino que se diluye con el terreno natural utilizando traviesas de madera encastradas en el mismo y separadas convenientemente, lo que permite al peatón poder seguir circulando hacia el barranco por los caminos de tierra existentes. El paseo se dotará de un mobiliario acorde con el paisaje, que imita a los ‘callaos’ de barranco. Además, se completará el mobiliario con piedras naturales de gran tamaño que proporcionan elementos diferenciados para la aparición de vegetación en su entorno. Los bancos, papeleras y demás mobiliario a instalar son de tipo escultórico y estarán formados por piezas prefabricadas de hormigón decapado, y con motivos de madera. Como elementos de límite o de señalización se utilizarán pivotes de madera. El sendero también contará con una instalación de alumbrado público. El nido de ametralladoras existente en el lugar será recuperado como elemento singular del sendero. Se trata como un hito que aparece en el punto medio del camino y se rehabilitará para poder ser usado como lugar de observación de aves migratorias.